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La legionella, legionela o legionelosis es una infección pulmonar originada por alguna bacteria de la familia Legionellaceae, especialmente la Legionella pneumophila, que se caracteriza por neumonía con fiebre alta.
Son sus síntomas más comunes: fiebre, tos fuerte, diarrea, dolores musculares o dificultad para respirar.
La elevación de los glóbulos blancos, así como niveles bajos de sodio son claves para llegar a un diagnóstico la legionella.
Las bacterias que causan esta enfermedad tienen su hábitat natural en aguas estancadas, y proliferan en general en ambientes cálidos y húmedos. La mayor fuente de contagio para las personas lo constituyen los sistemas de agua y aire acondicionado de los grandes edificios como oficinas, hospitales, hoteles, centros comerciales, spas… Las bacterias se inhalan al respirar y comienza la infección.
Nunca se ha demostrado que exista riesgo de infección de una persona a otra.
A nivel particular no se pueden tomar medidas para prevenir la infección.
Las bacterias progresarán hacia los bronquios y pulmones iniciándose así una respuesta inflamatoria pulmonar que activa todo el sistema inmunológico para asentar finalmente en una zona del pulmón donde se va a generar la neumonía.
Entre los factores de riesgo individuales para padecer legionela destacan:
- Fumar.
- Alcoholismo.
- Padecer algún tipo de afección pulmonar o del sistema respiratorio de carácter crónico (EPOC, asma).
- Edad avanzada.
- Tener debilitado el sistema inmunológico a causa de alguna enfermedad como el cáncero el SIDA, o haber sido sometido a un trasplante.
- Tomar fármacos que inhiben el sistema inmunitario (quimioterapia, corticoides).
- Insuficiencia renal en estado avanzado o diabetes mellitus.
- Los hombres son más propensos que las mujeres a contraer la infección.
Los factores ambientales determinantes para la adquisición de la legionelosis son:
- La exposición a aerosoles o duchas de centros sanitarios o grandes edificios como hoteles.
- La infección de material sanitario como sondas nasogástricas, equipos de respiradores hospitalarios, material sanitario infectado que se utiliza para lavados de pacientes o de sus heridas.
- Infección de fuentes de refrigeración, aires acondicionados, saunas, fuentes ornamentales, riegos por aspersión, etcétera.
Las principales medidas que se deben adoptar para prevenir la infección por legionella son:
- Evitar estancamientos de agua, con un diseño adecuado de las instalaciones.
- Eliminar o reducir la suciedad, siguiendo un programa de mantenimiento.
- Impedir la proliferación y supervivencia de la bacteria en la instalación, mediante una desinfección continua de la misma y el control de la temperatura.
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