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Los antitusígenos son compuestos que operan sobre el sistema nervioso central o periférico para eliminar el reflejo de la tos, entre ellos existen los de origen natural como la miel.

Esta es una sustancia natural alimentaria de sabor dulce, producida por las abejas del genero ApisMellifera a partir del néctar de las flores o de las secreciones de las partes vivas de algunas plantas. Las abejas recolectan el néctar y lo transforman al mezclarlo con sustancias propias (enzimas); esta mezcla es almacenada en los panales de la colmena donde, después de un periodo de maduración, se obtiene la miel.

El consumo de miel se remonta a 10.000 años a. de C. Hipócrates, considerado el padre de la medicina, la usaba para sanar diversas afecciones de la piel; también la utilizaban los egipcios para curar heridas, quemaduras, embalsamar los cuerpos y como parte de los alimentos que el difunto llevaba en su viaje al más allá.

Dependiendo de la diversidad de las flores y del tipo de colmena, la miel ofrece muchísimas sustancias diferentes, beneficiosas para la salud.

Esta sustancia contiene antioxidantes, vitaminas como la B, C, D y E y minerales como el  hierro,  cobre, fósforo, potasio, calcio, magnesio, zinc y manganeso. Por eso ayuda al organismo a restablecer su ritmo de actividad habitual y mejora el riesgo coronario al aportar energía a la musculatura cardiaca, y favoreciendo la producción de fosfatos orgánicos.

La miel con limón ayuda a aliviar la tos, ya que cubre las paredes de la garganta y la suaviza. Un medicamento que también puede servir es Koflet.

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