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La ataxia es un trastorno cuya principal manifestación es la disminución de la capacidad para coordinar los movimientos voluntarios.

Se produce generalmente por trastornos que alteran la función del cerebelo, o porque existe alguna irregularidad en las vías principales que conducen los impulsos nerviosos hacia dentro o hacia fuera de éste. El principal síntoma de la ataxia es la dificultad para coordinar los movimientos. El término ataxia puede utilizarse indistintamente para referirse a un síntoma, o para nombrar a una enfermedad degenerativa del sistema nervioso que cursa con este fenómeno.

La clasificación de las ataxias  se pueden dividir en dos grupos: las hereditarias: se transmiten de generación en generación, aunque no aparecen necesariamente en todas las generaciones

Y las adquiridas: no están presentes al nacer, sino que aparecen durante la vida del individuo como consecuencia de la influencia ambiental o de procesos de enfermedad, por lo que no se transmiten a los descendientes.

Las causas de ataxia son muy variadas. Cuando aparece de forma brusca, los principales agentes desencadenantes en los que hay que pensar son:

Traumatismo craneoencefálico; Accidente cerebrovascular (ictus); Absceso cerebral; Infecciones víricas; Procedimientos quirúrgicos; Alcohol.

Consumo de ciertas drogas o sustancias tóxicas (fenitoína, barbitúricos, litio).

La ataxia afecta a la coordinación de los movimientos, pudiendo producir los siguientes síntomas:

  • Dificultad para la realización de movimientos voluntarios de forma coordinada y precisa.
  • Dificultad para caminar y para mantener el equilibrio en bipedestación (sustentado sobre los dos pies en posición erguida).
  • Disartria(dificultad para articular las palabras al hablar). El paciente también puede tener dificultades para controlar el volumen o el tono del habla.
  • Disfagia (dificultad para tragar), lo que puede producir atragantamientos y asfixia.
  • Menor expresividad facial.
  • Temblor.
  • Nistagmo(movimientos oculares rápidos, involuntarios, rítmicos y repetitivos; pueden ser verticales, horizontales o circulares).
  • Pie cavo (pie con excesivo arco plantar).
  • Problemas de visión.

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