El glande es la porción final del cuerpo esponjoso, que es la más pequeña de las tres columnas de tejido eréctil que se encuentran en el pene (las otras dos son los cuerpos cavernosos, que son dos estructuras paralelas situadas en la parte superior de éste). Cuando la inflamación afecta también al prepucio se conoce como balanopostitis.

La balanitis es la inflamación del glande, que puede estar producida por muchas causas, desde una higiene deficiente hasta lesiones premalignas que evolucionan a un cáncer de pene.

La balanitis produce en casi todos los casos enrojecimiento del glande y del prepucio, pudiendo aparecer otras lesiones a ese nivel como ampollas, erosiones o manchas blanquecinas o grisáceas, dependiendo de la causa que la produzca.

Al existir inflamación, hay dolor en la gran mayoría de los casos, pudiendo asociar también picor y escozor. La intensidad de estos síntomas es variable. Además, no es raro que aparezcan otras alteraciones como la emisión de secreciones malolientes.

La balanitis, la inflamación del glande, puede estar producida por múltiples causas, siendo la más común la falta de higiene íntima en pacientes no circuncidados y la utilización de jabones, perfumes o preservativos que contienen sustancias químicas que irritan el glande. Aunque existen otras muchas razones que pueden originarla, que varían desde condiciones banales hasta lesiones premalignas más graves.

Las causas más importantes de aparición de balanitis son:

Infecciones:

  • Hongos (Candidaalbicans).
  • Bacterias de diferentes tipos (G. Vaginalis, Streptococcus grupo A, Staphylococcusaureus, T. vaginalis o sífilis).
  • Virus: virus del herpes, virus del papiloma humano (VPH).

Enfermedades dermatológicas:

  • Liquen escleroso.
  • Balanitis circinada.
  • Pénfigo.
  • Balanitis de Zoon.
  • Lesiones premalignas, como la eritroplasia de Queyrat o la enfermedad de Bowen.

Otras causas de balanitis:

  • Irritantes (jabones, perfumes, cremas de higiene íntima…).
  • Falta de higiene.
  • Dermatitis de contacto (irritación del glande al entrar en contacto con diferentes tipos de productos).
  • Fármacos (eritema fijo medicamentoso).
  • Síndrome de Stevens-Johnson.

Con una adecuada higiene del pene se pueden evitar muchos casos de balanitis. Para ello es necesario realizar un lavado completo de éste, que incluya la retracción del prepucio para dejar al descubierto el glande, pudiendo así limpiarlo cómodamente. De este modo se evita el acúmulo de suciedad en el frenillo y en el glande. Posteriormente se secará la zona como se hace con el resto del cuerpo. No es bueno un lavado excesivo, pues favorece la aparición de irritación.