A principios del segundo trimestre de este año 2022,  se había notificado a la OMS, un total acumulado de 37 casos humanos de encefalitis japonesa, contados desde diciembre 2021, en cuatro estados de Australia. Este brote representa los primeros casos de transmisión local detectados en Australia continental desde 1998. El número de casos y de muertes notificados en 2022 resulta particularmente elevado si se compara con la quincena de casos notificada en Australia en los diez años anteriores a este brote.

El virus de la encefalitis japonesa infecta tanto al ser humano como a animales y se ha detectado en este 2022 en animales de Australia. El JEV no se transmite de persona a persona ni por consumir carne de un animal infectado,  de modo que la probabilidad de transmisión internacional de la enfermedad entre seres humanos es baja.

En Australia a principios de marzo de este año, las granjas afectadas habían sufrido niveles fuera de lo común de pérdidas reproductivas y muertes neonatales.

El virus infecta a numerosas especies de animales silvestres y domésticos, pero solo un número pequeño de animales desarrollan la presencia del virus en la sangre para infectar al mosquito vector, lo que aumenta la transmisión. En un hábitat natural las aves como las garzas y las garcetas son las principales aves albergadores amplificadores, aunque los cerdos también pueden infectar a los vectores.

Según la OMS, han comenzado las investigaciones médicas, veterinarias y ambientales con el objetivo de investigar las posibles causas de este brote de la transmisión del JEV en Australia para este año.

La transmisión de la encefalitis japonesa aumenta durante la temporada de lluvias. A nivel mundial aún no existen pruebas de que la transmisión del JEV aumente después de grandes inundaciones.

Las personas contagiadas con encefalitis japonesa, pueden tener síntomas leves o ser asintomática. Aunque algunos casos son graves y pueden causar detrimento permanente o posiblemente la muerte.

Los casos graves de encefalitis pueden causar los siguientes síntomas: fiebre alta, dolor de cabeza severo, rigidez de cuello, convulsiones, problemas para comunicarse (habla o escucha), etc.

De acuerdo a las recomendaciones de la OMS, primero es impulsar la concienciación pública sobre el JEV en los estados afectados y la puesta en práctica de medidas para eliminar los posibles criaderos de mosquitos, reducir las poblaciones de vectores y minimizar las exposiciones individuales. Promover las medidas de protección personal al anochecer con el uso de repelente de mosquitos y mosquiteros.

También se debe fomentar la vacunación contra la encefalitis japonesa en todos los lugares donde esta enfermedad sea reconocida como una prioridad de salud pública.