El bruxismo es un trastorno que consiste en apretar y rechinar los dientes de forma involuntaria, tanto a lo largo del día como durante el descanso nocturno, de manera regular, lo que puede causar daños en las piezas dentales, además de otros trastornos como dolor mandibular o de oídos, o cefaleas frecuentes.
A las personas que lo padecen se los denomina bruxómanos. Por la noche, durante el sueño, el problema es más grave, ya que el paciente no es consciente de su acción y, por lo tanto, es todavía más difícil de controlar. Este tipo de bruxismo se considera una de las alteraciones del sueño o parasomnia. Sin embargo, incluso estando despiertas muchas personas tampoco se dan cuenta de que lo están haciendo, y son los que les rodean los que lo advierten.
El estrés es uno de los responsables del bruxismo, que consiste en apretar y rechinar los dientes. Un diagnóstico precoz puede evitar, entre otras complicaciones, el desgaste prematuro de la dentadura. El paciente puede desconocer que sufre bruxismo, y normalmente lo descubre en una revisión dental rutinaria (a veces acude al dentista porque comienza a sentir un dolor agudo en la cara o el cuello), o porque alguna persona de su entorno (especialmente si duerme acompañado) capta el ruido que produce al rechinar los dientes y le advierte.
Las personas con bruxismo no se suelen dar cuenta de que están apretando y rechinando los dientes.
Se desconoce la causa por la que se produce este apretar y rechinar de dientes, pero se considera que el estrés puede ser el responsable del trastorno en un gran número de casos. Una mordedura anormal o una dentadura torcida también pueden provocarlo. Generalmente el bruxismo no se asocia a ningún trastorno determinado, pero en otras ocasiones puede deberse a problemas neurológicos, odontológicos, psiquiátricos o a consumo de drogas.
Principales síntomas del bruxismo:
- Estrésy ansiedad.
- Ruidos articulares (que pueden llegar a ser bastante intensos, e incluso molestar al compañero de cama)
- Dolor de oído (debido a la afectación de la articulación temporomandibular).
- Dolor de cabeza.
- Dolor o inflamación de la mandíbula.
- Desgaste acelerado y prematuro de los dientes.
- Pérdida de esmalte dental.
- Trastornos del sueño.
- Uno de los síntomas más comunes del bruxismo es la excesiva sensibilidad dental al cepillado o a los alimentos calientes o fríos, debido a que la pérdida de esmalte deja expuesta la dentina a los estímulos mecánicos o térmicos.
- Dolor facial.
- Fracturas dentales.
- Rigidez muscular.
- Hipertrofia de los músculos maseteros (que son los que se encargan de la masticación).
Un diagnóstico precoz es muy importante para evitar efectos secundarios y complicaciones del bruxismo, como el desgaste prematuro de los dientes.
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