La hernia disco cervical puede producir debilidad en los bíceps y en los músculos extensores de las muñecas, dolor, entumecimiento y hormigueo en brazos y los dedos de las manos.
En una hernia discal cervical los síntomas pueden empeorar, permanecer constantes o pasar inadvertidas.
Una hernia de disco Cervical es diagnosticada cuando el centro interior de un disco del cuello sufre de hernia o se filtra hacia afuera del disco y presiona sobre la raíz de un nervio adyacente.
La columna cervical se construye cerca de las vértebras y el nervio que se ve afectado por la hernia de disco cervical es el que sale de la columna vertebral en el nivel C1 a C7, por lo que al nivel de C5-C6, es la raíz del nervio C6 la que se ve afectada.
La hernia discal cervical puede presentar algunos cuadros clínicos que se pueden dar de manera intercalada:
Cérvico-braquialgia. La persona tiene un dolor muy intenso que se propaga hacia uno de los brazos y es causado luego de hacer algún esfuerzo insignificante, como toser, mover el brazo, etc.
Cervicalgia. El paciente presenta dolor en el cuello por distintas razones.
Mielopatía. El paciente tiene dificultad para movilizar las extremidades superiores y algunos trastornos al caminar. Causado por una compresión en la médula espinal a la altura del cuello. Se considera este tipo de patología muy seria.
Estos cuadros clínicos pueden ser minimizados en 8 semanas aproximadamente.
La hernia disco cervical se debe a la degeneración de los discos, causada por el envejecimiento.
Se recomienda al paciente con hernia disco cervical terapias frío/calor o fármacos. La mayoría de las personas no necesita cirugía, se considera este procedimiento cuando el tratamiento recomendado no alivia los síntomas o cuando se sospecha compresión de la médula espinal.
La terapia frío/calor ayuda a disminuir la circulación de la sangre lo que reduce la hinchazón, los espasmos musculares y el dolor.
Los fármacos incluyen antiinflamatorio, relajante muscular y analgésico.