Los defensores de la dieta del tipo de sangre afirman que las personas con sangre tipo A se benefician más de una dieta vegana. Sin embargo, un nuevo estudio no encontró ningún vínculo entre la dieta y el tipo de sangre. En cambio, los investigadores sugieren que las dietas a base de plantas son beneficiosas para personas de todos los tipos de sangre.

Resultados del estudio

Al comienzo del ensayo, el peso corporal y los niveles de colesterol de las lipoproteínas de baja densidad (LDL) eran más altos en las personas con tipo de sangre A que en aquellas con otros tipos de sangre. Por el contrario, el peso corporal y los niveles de colesterol LDL eran más bajos en las personas con tipo de sangre O que en las que tenían otros tipos de sangre.

No hubo diferencias significativas entre el tipo de sangre y los cambios que resultaron de la dieta vegana.

Estudiar fortalezas y limitaciones

El estudio tenía múltiples puntos fuertes, comenzando por descartar posibles factores de confusión que pudieran influir en los resultados.

Por ejemplo, para excluir la actividad física como factor, los participantes mantuvieron su rutina de ejercicio regular durante la prueba de 16 semanas. Además, todos los participantes comenzaron la prueba simultáneamente, lo que descartó cambios estacionales en la dieta.

Según los investigadores, 16 semanas fue un momento adecuado para que los participantes se aclimataran y se adhirieran al estudio. También hubo una baja tasa de deserción.

Los participantes no tenían acceso a comidas preparadas, pero podían preparar la comida en casa u optar por la comida para llevar. Este método hizo que los hallazgos fueran más aplicables a las condiciones de la vida real.

Sin embargo, existían importantes limitaciones con respecto a la representación.

Conclusión: falta de pruebas sólidas

En general, los investigadores dicen que sus datos se suman al cuerpo de trabajo actual y encuentran consistentemente una falta de evidencia sólida para la dieta del tipo de sangre.

“Estos estudios, como el presente, sugieren que los cambios en la dieta, especialmente el aumento de la ingesta de frutas, verduras y cereales, son beneficiosos no solo para las personas con tipo de sangre A, sino también para todas las personas independientemente del tipo de sangre, y que no existe valor aparente de limitar estos cambios saludables en la dieta a un grupo específico de individuos según el grupo sanguíneo ABO «.