El entrenamiento y la práctica del boxeo como actividad enfocada al fitness y no a la competición, reporta a quienes lo ejercitan una serie de beneficios para su salud.
Con el boxeo aprendes una forma de defensa personal lo que genera una sensación de confianza y bienestar. Una de las primeras cosas que se aprenden es a dosificar la energía para aguantar físicamente en condiciones en todo el combate, ya que el cansancio llevaría consigo recibir más castigo del adversario. Al ser un ejercicio aeróbico se quema gran cantidad de grasa debido al desgaste energético. La activación del sistema cardiovascular hará que aumente la circulación sanguínea y se mejore la eficiencia del sistema respiratorio, lo que provocará menos sensación de cansancio gracias al trabajo de resistencia. Se potencia el tono muscular gracias tanto a los entrenamientos, como a los combates. La práctica continuada del boxeo mejora la flexibilidad muscular gracias al constante movimientos que exige practicarlo. El boxeo dispara los reflejos cuando se realiza en combate porque enseña tanto a anticipar el movimiento del adversario, como a esquivarlo o bloquearlo para protegerse mientras que se lanza un ataque, lo cual mejora la coordinación y la velocidad mental para la toma de decisiones.
El boxeo es un deporte muy útil para liberar la tensión del día a día, ya que mediante el golpeo se descarga y destensa el cuerpo mientras se reduce enormemente el estrés.
Los beneficios que aporta el boxeo conllevan, a su vez, un mejor autoconcepto que supone una autoestima más alta y un nivel de felicidad mayor.
Los ejercicios más habituales, especialmente para los principiantes y las personas que lo practican como una actividad fitness, son los propios golpes para aprender la técnica adecuada. Los golpes más comunes en el boxeo son el ‘jab’, que es un puñetazo corto, recto y seco con el que se trabajan los brazos completamente, los hombros y el tronco; luego existe el ‘directo’, que es potente, en el que se echa para atrás el hombro y el brazo para que éste coja más distancia y pueda alcanzar más fuerza el golpe; otro movimiento es el ‘gancho’, que es un puñetazo que nace en la cintura y busca el mentón del adversario; por último, está el ‘crochet’, que es un puñetazo lateral haciendo un semicírculo, en el que el lado contrario del que golpea se aleja un poco del rival mientras el otro se acerca. Otra actividad propia de la preparación y de la puesta en forma a través del boxeo es pelear delante de un espejo. Viendo cómo se están haciendo los movimientos de piernas, de cuerpo, cómo se lanzan puñetazos, y cómo se esquivan aquellos imaginarios, se consigue un entrenamiento total. Además de con un espejo, esto también se realiza con la sombra.
Por último, en la vuelta a la calma se debe relajar el cuerpo progresivamente, con lo que se pueden hacer pequeñas rutinas de ejercicios de baja intensidad como un lento pedaleo en una bicicleta estática y, por supuesto, los estiramientos que reducirán el riesgo de lesiones. Se tienen que reservar al menos cinco minutos para preparar el cuerpo para la situación de reposo cotidiana.
El entrenamiento ideal sería de tres días a la semana durante una hora cada uno de ellos, aunque debe ajustarse a la capacidad física del practicante. Un entrenamiento físico de alto nivel puede resultar perjudicial para una persona principiante y hacer que desista por haber forzado la musculatura, e incluso haber provocado alguna pequeña lesión.
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