La hipocalcemia es una enfermedad en la que los niveles de calcio en sangre están demasiado bajos. Produce síntomas neuromusculares y neuropsiquiátricos, que pueden llegar a ser graves si no se tratan. El calcio es una sustancia imprescindible para que se produzca la contracción de los músculos, la transmisión de los impulsos nerviosos, la activación de los sistemas de coagulación de la sangre y la formación de los huesos. Por ello, la existencia de hipocalcemia va a producir síntomas a nivel muscular, nervioso y  óseo fundamentalmente.

Este trastorno se lleva a cabo mediante un análisis de sangre, realizándose otras pruebas diagnósticas si el especialista lo considera oportuno. Se considera hipocalcemia cuando la cantidad de calcio iónico es menor de 4.75 mg/dl o cuando la cantidad de calcio total en sangre está por debajo de 8.5 mg/dl. Cuando se diagnostica este problema, el objetivo del tratamiento es reponer los niveles de calcio y restaurar el equilibrio de los minerales en el organismo.

Puede afectar a todo tipo de personas, desde niños hasta gente de edad avanzada, aunque es especialmente frecuente en ciertos grupos de población como ancianos, embarazadas, mujeres posmenopáusicas, personas en tratamiento prolongado con corticoides o vegetarianos. También aquellos pacientes que han sido sometidos a una cirugía de la glándula tiroides o la paratiroides tienen un riesgo importante de desarrollar hipocalcemia.

Síntomas que pueden sugerir la existencia de calcio bajo en la sangre son: sensación de hormigueo en la boca, las manos o los pies, dolores musculares y espasmos, dificultad para respirar, palpitaciones, piel seca, desorientación o incluso delirios y alucinaciones. La hipocalcemia aumenta además el riesgo de sufrir fracturas óseas, especialmente en ancianos.

Las causas de hipocalcemia son muy variadas, desde una baja ingesta de calcio en nuestra dieta habitual, a un aumento de las pérdidas de este mineral por el consumo de fármacos como los diuréticos. Alteraciones en la glándula paratiroides, que es la encargada de producir la hormona paratiroidea o PTH (cuya función es regular el metabolismo del calcio y el fósforo) es otra causa muy frecuente de hipocalcemia.

Si la hipocalcemia es muy grave cuando los niveles son muy bajos o caen rápidamente, puede ser necesario tratamiento urgente por vía intravenosa, pues la vida del enfermo puede correr peligro. Sin embargo, la mayoría de las veces se pueden reponer los niveles de calcio mediante medidas dietéticas o con la toma de suplementos de calcio y vitamina D.

La hipocalcemia es una patología prevenible en un porcentaje alto de casos. Una dieta equilibrada, que incluya productos lácteos, pescados como el salmón y vegetales de hojas verdes como la espinaca es fundamental para poder evitar este problema.

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