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La técnica desarrollada por Jaques Dubochet, Joachim Frank y Richard Henderson simplifica el proceso para observar los bloques constitutivos de la biología estructural de una molécula.
La criomicroscopía electrónica se utiliza para congelar moléculas conservando su forma original y permite comprender de mejor forma el funcionamiento de las células, crear remedios y para combatir determinadas enfermedades. Este sistema es de suma importancia porque su uso práctico es de gran impacto en la medicina, como por ejemplo al utilizar la criomicroscopía electrónica para tomar imágenes de las agujas de la Salmonella para atacar a las células, de las proteínas involucradas en la resistencia a los antibióticos y en las estructuras moleculares que gobiernan el ritmo circadiano.
La criomicroscopía electrónica es una forma de microscopía electrónica en la que la muestra se estudia a temperaturas criogénicas, evitando así la generación de artefactos. Esta técnica ha sido posible con la contribución de cada uno de los investigadores que componen el trío: Frank fue quien hizo la tecnología más fácil de aplicar en un marco general, procesando el material de forma que las borrosas imágenes en dos dimensiones se convirtieran en visibles estructuras en 3D. Dubochet logró enfriar el agua muy rápidamente de modo que se solidificara alrededor de la muestra biológica y Henderson logró presentar la estructura de una molécula bacteriana a una resolución atómica.
Estas y otras innovaciones ahora son posibles en Pharmamedic.
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