La gripe Estacional, según la OMS, es una infección respiratoria y muy frecuente en todas partes del mundo.

Los síntomas de la gripe estacional son: inicio súbito de fiebre, tos, dolor de garganta, dolor corporal y fatiga.

El tratamiento tiene como objetivo aliviar los síntomas. Las personas con gripe deberían descansar y beber mucho líquido. La mayoría de las personas se recuperan por sí solas en una semana. Los casos graves y las personas con factores de riesgo pueden requerir atención médica.

La gripe estacional suele ser causada por los virus de la gripe A y B. Cada año hay nuevas cepas del virus de la gripe.

Existen cuatro tipos de virus gripales: A, B, C y D. Los síntomas de la gripe generalmente comienzan unos dos días después de la infección por una persona portadora del virus.

Cuando la persona tiene gripe estacional puede presentar los siguientes síntomas:

  • aparición súbita de fiebre
  • tos seca, por lo general.
  • dolor de cabeza
  • dolores musculares y articulares
  • malestar general intenso
  • dolor de garganta
  • secreción nasal.

La tos puede ser intensa y durar dos o más semanas. La mayoría de las personas se recuperan de la fiebre y otros síntomas en un lapso de 5 a 7 días, sin necesidad de atención médica. Sin embargo, la gripe puede causar enfermedad grave o muerte, especialmente entre grupos de alto riesgo, por ejemplo, los niños pequeños, las mujeres embarazadas, las personas mayores, profesionales de la salud y las personas con enfermedades graves.

Los síntomas de la gripe estacional puede empeorar con otras enfermedades crónicas y, en casos graves, provocar neumonía y sepsis. Las personas con otros problemas médicos o síntomas graves deberían solicitar atención médica.

En los países industrializados, la mayoría de las muertes relacionadas con la gripe se producen en personas mayores de 65 años en adelante.

No se conocen bien los efectos de las epidemias estacionales en los países en desarrollo, pero las investigaciones indican que el 99% de las muertes de menores de cinco años con infección de las vías respiratorias inferiores relacionada con la gripe se producen en esos países.

Debido a su exposición a los pacientes, los trabajadores de la salud y asistenciales corren gran riesgo de infectarse por los virus de la gripe y de transmitirlos, sobre todo a personas vulnerables. La vacunación puede proteger a los trabajadores de la salud y a las personas que los rodean.

Por lo general, la vacuna previene la mayoría de los casos de gripe. Pero incluso si contrae gripe después de haberse vacunado, sus síntomas serán más leves y tendrá menos probabilidades de tener problemas a causa de la gripe. No puede darle gripe por vacunarse.

La gripe estacional tiene fácil propagación y se transmite rápidamente en entornos como las escuelas y las residencias de ancianos. Al toser o estornudar, las personas infectadas dispersan en el aire con el virus y pueden infectar así a las personas que estén muy cercanas. El virus también puede transmitirse por las manos contaminadas. Para prevenir la transmisión hay que lavarse las manos frecuentemente y cubrirse la boca y la nariz con un pañuelo al toser.

En los climas templados, las epidemias estacionales se producen sobre todo durante el invierno, mientras que en las regiones tropicales pueden aparecer durante todo el año, produciendo brotes más irregulares.

El diagnóstico de la gripe estacional  en  la mayoría de los casos se diagnostica en una clínica. Otros virus respiratorios también pueden causar síndromes gripales que dificultan el diagnóstico diferencial durante los periodos de baja actividad gripal o fuera de las situaciones de epidemia, como por ejemplo: el coronavirus del síndrome respiratorio agudo severo de tipo 2, los rinovirus, el virus sincitial respiratorio, los virus parainfluenza y los adenovirus.

Para establecer un diagnóstico definitivo es necesario obtener muestras respiratorias adecuadas y realizar pruebas de laboratorio.

En el medio clínico se utilizan pruebas diagnósticas rápidas, pero su sensibilidad es baja en comparación con la PCR-RT, y su fiabilidad depende en gran medida de las condiciones de utilización.

La mayoría de las personas se recuperan de la gripe por sí solas. Aquellas con síntomas graves u otras afecciones médicas deben acudir a centros de salud para recibir tratamiento.

Las personas con síntomas leves deberían: quedarse en casa para evitar contagiar a otras personas

Descansar, beber mucho líquido y buscar atención médica si empeoran los síntomas.

La prevención es a través de la vacunación que es la mejor manera de prevenir la gripe. Hay vacunas seguras y eficaces que se utilizan desde hace más de 60 años. La inmunidad de origen vacunal desaparece con el tiempo, por lo que se recomienda la vacunación anual.

La vacunación es especialmente importante en personas con alto riesgo de complicaciones y en las personas que las atienden.

Otras maneras de prevenir la gripe sin recibir la vacuna: es lavarse y secarse las manos frecuentemente, cubrirse nariz y boca al toser o estornudar, deshacerse correctamente de los pañuelos desechables utilizados, quedarse en casa si se tiene malestar, evitar el contacto directo con personas enfermas, evitar tocarse los ojos, nariz y boca.

La OMS, a través del Programa Mundial sobre la Gripe y del SMVRG, la OMS, en colaboración con otros asociados, hace un seguimiento continuo de los virus gripales a nivel mundial y recomienda la composición de las vacunas contra la gripe estacional dos veces al año. Esta Organización  trabaja para reforzar las capacidades nacionales, regionales y mundiales de respuesta a la gripe.

FUENTE

https://www.who.int/es/health-topics/influenza-seasonal#tab=tab_1

https://www.cigna.com/es-us/knowledge-center/hw/temas-de-salud/gripe-estacional-hw122012