La vaginitis es uno de los problemas ginecológicos más frecuentes durante la infancia y la adolescencia.
El flujo vaginal normal es blanco, heterogéneo y carece de olor; cualquier cambio en las características del mismo puede indicar la presencia de una vaginitis infecciosa.
Las vaginitis cursan con picor, hinchazón y enrojecimiento de los tejidos.
Debido al intenso picor, pueden encontrarse también lesiones de rascado en la vulva. Estos síntomas se acompañan también de una secreción vaginal extraña denominada leucorrea, que será diferente dependiendo de la causa de la enfermedad:
Las siguientes situaciones pueden ser causa de vaginitis:
- Infecciones: una infección es la causa de la mayoría de las vaginitis en mujeres adultas, y normalmente son debidas a bacterias, aunque también pueden ser ocasionadas por otras causas como virus u hongos. Las más comunes son la candidiasis y la tricomoniasis.
- Reacciones alérgicas: a medicamentos, materiales utilizados en la confección de ropa interior, productos empleados para la higiene íntima, compresas o tampones, espermicidas, lubricantes, preservativos, o incluso a componentes químicos de los detergentes o suavizantes con los que se lavó la ropa pueden también estar entre las causas de la vaginitis.
- Traumatismos o cuerpos extraños en el interior de la vagina: esto es común en niñas pequeñas, que pueden llegar a introducirse pequeños juguetes.
- Hormonales: es común la vaginitis atrófica en mujeres post-menopáusicas, debido a que en este período de la vida los niveles de estrógenos descienden de forma brusca, el revestimiento interno de la vagina se adelgaza, y el flujo normal disminuye.
Para diagnosticar si existe o no vaginitis, en primer lugar el médico debe proceder a la exploración física de la paciente, observando la distribución del vello, la presencia de lesiones de rascado, y las características de la leucorrea.
Es muy importante determinar el origen del problema para establecer un tratamiento adecuado capaz de eliminar los factores desencadenantes de la vaginitis.
Las siguientes recomendaciones te ayudarán a prevenir la vaginitis:
- Es aconsejable vestir prendas que no opriman y permitan la transpiración, y cuidar la higiene íntima utilizando productos que no irriten la piel ni alteren el pH vaginal.
- Los desodorantes íntimos y los productos perfumados (papel higiénico, jabones) pueden causar alergia, por lo que es mejor no utilizarlos.
- Se deben evitar las duchas vaginales porque pueden irritar y provocar sequedad.
- La zona perineal debe limpiarse siempre de delante hacia atrás para evitar el contacto con gérmenes procedentes del ano. Es importante enseñar a las niñas a hacerlo correctamente y acostumbrarlas desde pequeñas a lavarse las manos antes y después de usar el inodoro.
- Es necesario lavarse las manos y los genitales antes y después de mantener relaciones sexuales.
- Consultar al ginecólogo cuando se observen cambios en el flujo, si se presentan sangrados fuera de la menstruación, o si se aprecia irritación, sequedad, picores, o cualquier signo inusual.