Los síntomas de estrés emocional pueden estar afectando tu salud, aunque no lo sepas.
El estrés emocional puede ser la causa de ese molesto dolor de cabeza, de tus problemas para dormir, de sentirte indispuesto o de tu falta de concentración en cualquier actividad diaria.
El estrés emocional se produce cuando percibimos que los métodos que utilizamos usualmente para afrontar problemas no son suficientes, por lo que experimentamos falta de adaptación e insatisfacción.
Esta enfermedad puede ser tratada por un psicólogo y otros profesionales de la salud mental ya pueden diagnosticar la ansiedad y brindar asesoramiento (psicoterapia).
Las afecciones de salud mental, como la depresión, o una sensación de frustración, injusticia y ansiedad pueden hacer que una persona se estrese más fácilmente que otra.
La sensación de estar estresado puede ser desencadenada por un evento que te hace sentir frustrado o nervioso.
La ansiedad es un sentimiento de miedo, preocupación o malestar. Puede ser una reacción al estrés, o puede ocurrir en personas que no pueden identificar factores estresantes significativos en su vida.
El estrés y el dolor de espalda pueden crear un círculo vicioso. El estrés a largo plazo, o estrés crónico, dura semanas, meses o más.
A medida que vive su vida, su cuerpo actúa como si estuviera siendo amenazado.
Con el tiempo, los efectos del estrés pueden acumularse en el cerebro y en el cuerpo. Esta clase de estrés a largo plazo o crónico, puede debilitar el sistema inmunológico y ponerte en riesgo de sufrir distintas enfermedades, desde simples resfriados hasta enfermedades más graves.
Ante cualquier situación de estrés, el cuerpo libera hormonas, las cuales generan en el cerebro un estado de alerta que puede derivar en signos como la tensión muscular, aceleración del pulso y otras señales inmediatas.
Puedes tener síntomas como:
- Preocupación excesiva.
- Inquietud.
- Tensión.
- Dolores de cabeza o de cuerpo.
- Acné y otros problemas cutáneos, como sarpullidos o urticaria.
- presión arterial alta.
- pérdida de sueño.
- Diarrea o estreñimiento.
- Mala memoria.
- Dolores y achaques frecuentes.
- Falta de energía o concentración.
- Problemas sexuales.
- Cuello o mandíbula rígidos.
- Cansancio.
- Molestia estomacal.
- ver solamente lo negativo.
- pensamientos ansiosos.
Tipos de estrés:
- Estrés
- Estréscrónico.
- Estrésagudo episódico.
Recomendaciones:
- Reconozca las cosas que no puede cambiar. Aceptar que no puede cambiar ciertas cosas le permite dejarlas ir y no alterarse.
- Hacer inspiraciones lentas y profundas.
- Leer un libro o revista.
- Ver una película o documental.
- Darse un baño de inmersión tibio.
- Escuchar música relajante.
- Bailar
- Realice ejercicios con frecuencia o practica ejercicios de relajación o terapéuticos.
- Para hacerlos bien te recomendamos consultar a un médico o fisioterapeuta.
- Meditar o rezar.
- Tomar una clase de yoga.
- Hacer que le den un masaje o le froten la espalda.
- Hablar por teléfono con un amigo o amiga.
- hacer planes apetecibles para el fin de semana.
- Beber una bebida tibia que no contenga alcohol ni cafeína.
- Realizar deporte es una gran forma de reducir la tensión en el día a día, disminuyendo la posibilidad de que se acumule estrés en la zona del cuello.
- Dormir lo suficiente.
La tercera y última fase, después del estrés, ocurre cuando nuestro cuerpo llega al límite y no ha sabido gestionar la situación puntual de estrés correctamente, y el estado de alarma es continuo, aunque ya no exista la situación agobiante.
Pero el órgano más importante que sufre el estrés es el cerebro, generando demasiado cortisol que afecta a la memoria, por lo que puedes sufrir falta de atención y de concentración.
FUENTE
https://www.avancepsicologos.com/estres-emocional/