Osteoporosis significa,  hueso poroso. Es una enfermedad muy frecuente que afecta al hueso, y se caracteriza por una disminución de la masa ósea y una alteración de la arquitectura de los huesos. Esto se traduce en una mayor fragilidad y adelgazamiento de los mismos conocido como osteopenia, y en un aumento del riesgo de fracturas.

Aproximadamente el 55% de las personas de más de 50 años tienen un riesgo elevado de padecer osteoporosis.

No suele presentar síntomas, y casi siempre se descubre cuando se produce una fractura.

Las principales fracturas osteoporósicas afectan sobre todo a vértebras, muñecas y cuello del fémur o cadera.

La fractura vertebral es la más habitual en estos pacientes, y sus efectos son graves y duraderos, afectando la independencia y calidad de vida del que la sufre. Se producen cuando una de las vértebras (los huesos de la columna vertebral) se aplasta, o se fractura, como consecuencia de una caída, pero también pueden ocurrir tras realizar un movimiento brusco, por estornudar o toser, o, simplemente, tras agacharse para atarse los cordones.

El riesgo de fracturas aumenta de manera exponencial con la edad, lo que supone un importante problema de salud en los ancianos. Por tanto, las fracturas y la edad son sus principales factores de riesgo. Cuidar nuestros huesos durante toda la vida es vital para poder prevenir esta patología. Síntomas, suelen cursar con dolor agudo (repentino y fuerte en la parta baja o media de la columna) o crónico (duración de más de seis meses), curvatura o deformidades en la columna (cifosis progresiva o, como se conoce popularmente, chepa o joroba) y disminución de la talla (más de 3 centímetros). Se localizan sobre todo en la mitad inferior de la columna dorsal y en la mitad superior de la columna lumbar.

Existen varias causas de la osteoporosis:

  • Envejecimiento: la edad avanzada, por sí misma, produce una disminución en la cantidad del hueso, por lo que cualquier persona puede padecerla. El riesgo es mayor a partir de los 50 años.
  • Factores genéticos: existen genes relacionados con el desarrollo de la masa ósea, por lo que la incidencia de la enfermedad es mayor en aquellas personas cuyos familiares directos tienen historia previa de fracturas (padres o abuelos).
  • Dieta pobre en calcio: el calcio es un alimento fundamental en la formación del hueso. Se encuentra sobre todo en la leche y derivados lácteos como quesos, yogures, etcétera, y también en otros alimentos como pescado azul y frutos secos.
  • Sexo femenino: las mujeres tienen un riesgo cuatro veces mayor que los hombres de desarrollar osteoporosis, especialmente tras la menopausia. Esto es debido a la reducción del número de estrógenos (hormonas femeninas que intervienen en la formación de masa ósea) en esta etapa, que favorece una disminución en el remodelado del hueso. Existe más probabilidad de padecer osteoporosis si la menopausia se produce antes de los 40 años (menopausia precoz), debido por ejemplo a la extirpación quirúrgica de ambos ovarios, o cuando falta la menstruación (llamado amenorrea) en deportistas, o en casos de anorexia nerviosa por pérdida importante de peso. Además, las mujeres tienen una mayor esperanza de vida que los hombres y, en general, su cantidad de masa ósea es menor (especialmente en mujeres excesivamente delgadas).
  • Raza: más frecuente en caucásicos y asiáticos.
  • Algunas patologías: hay enfermedades que pueden desencadenar osteoporosis, como el hipertiroidismo o el Síndrome de Cushing.
  • Inmovilización prolongada: ya sea por enfermedad o por un estilo de vida sedentario. El ejercicio es uno de los estímulos para la formación del hueso.
  • Algunos medicamentos: por ejemplo el uso prolongado de esteroides, corticoides, antiepilépticos o fármacos para el tiroides.
  • El exceso de tabaco, alcohol o café.

Síntomas que pueden indicar la presencia de osteoporosis:

  • Detección en personas asintomáticas y sin historia de fracturas previas que presentan múltiples factores de riesgo (pérdida de la menstruación antes de los 40 años, o tras cirugía de extirpación de los ovarios, historia familiar de osteoporosis o fracturas, dieta inadecuada pobre en calcio, estilo de vida sedentario, abuso de alcohol o tabaco, o tratamiento prolongado con determinados fármacos).
  • Presentar fracturas de repetición de huesos largos (húmero, fémur o radio a nivel de la muñeca) de manera espontánea, o ante mínimos golpes o caídas.
  • Padecer fracturas vertebrales por un pequeño movimiento (toser, estornudar o agacharse), o incluso sin relación con ningún desencadenante.
  • Como consecuencia de fracturas vertebrales repetidas se puede producir, sobre todo en edades más avanzadas, una mengua de la talla o aparición de joroba (por disminución de la altura de los cuerpos de las vértebras).

Existen una serie de recomendaciones que pueden evitar o retrasar la aparición de la osteoporosis y disminuir el riesgo de que se produzcan fracturas:

Nutrición adecuada, ejercicio físico,  prevenir caídas, realizar una densitometría de manera periódica, Existen protectores de cadera, de nylon reforzado, con forma de caparazón.

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