La evolución de la protésica es larga y está plagada de historias, desde sus comienzos primitivos, pasando por el sofisticado presente, hasta las increíbles visiones del futuro. Al igual que sucede en el desarrollo de cualquier otro campo.

El desarrollo de nuevas prótesis robóticas experimentales, en algunos casos controlados por el cerebro, están permitiendo que personas con extremidades amputadas puedan recuperar, en cierta forma, el sentido del tacto.

El uso de la tecnología al servicio de la medicina y de la investigación abre la puerta a sorprendentes desarrollos que mejoran y prometen una mejor calidad de vida para las personas, especialmente para aquellas que padecen enfermedades.  En el presente resulta posible siendo uno de los grandes progresos de la ciencia que abren la posibilidad de desarrollar una gran cantidad de técnicas que pueden cambiar y mejorar la calidad de vida de miles de personas que padecen diferentes discapacidades.

Los implantes neuronales siendo una de esas técnicas prometedoras, son dispositivos tecnológicos que se conectan al cerebro de una persona, pues, científicos estadounidense de las universidades de Case Western y Chicago desarrollaron una prótesis que transmite la sensación de tacto para determinar la presión que se tiene que aplicar a un objeto y la probaron con dos pacientes que tienen una mano amputada.

La meta de conectar el cerebro con una extremidad robótica para ayudar a las personas que sufren de parálisis y a los amputados a moverse con naturalidad está más cerca que nunca. Anteriormente los implantes cerebrales para ayudar a mover las extremidades artificiales han tenido poco éxito porque se limitaba a acciones individuales. Ahora, los científicos están colocando los implantes en el área del cerebro que controla la intención de moverse, no solo el movimiento físico en sí. Esto les permite a los pacientes controlar la extremidad robótica con más facilidad. Se piensa que esto será aprobado por la FDA en poco tiempo y tendrá un gran impacto clínico en los pacientes con parálisis.

Los ingenieros y científicos recrearon con impulsos eléctricos el modo en que el sistema nervioso interpreta la percepción táctil. Una vez probada, los pacientes destacaron la posibilidad de dar apretones de manos, caricias o manejar objetos.

«Brazos y piernas artificiales que pueden ser controlados por los pensamientos son una gran promesa», según el director de la estadounidense Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada para la Defensa (Darpa), Justin Sánchez.

El Darpa presentó en septiembre una prótesis robótica conectada directamente al cerebro de un paciente con las manos amputadas, quien durante las pruebas aseguró que sentía como si le estuvieran tocando su propia mano.

Un chip implantado en el cerebro fue también la manera de que un joven tetrapléjico pudiera recuperar la movilidad en los dedos y la mano.

Las investigaciones con sensores que captan la actividad neuronal habían permitido hasta ahora transmitir señales cerebrales a brazos articulados externos, pero es la primera vez que se restaura la movilidad en las extremidades de un paciente con parálisis.

A lo largo del año varias han sido las revistas científicas y médicas que han publicado estudios sobre el implante de chips en el cerebro para tratar de recuperar el tacto o la movilidad, ya sea a través de un brazo robótico o con la propia extremidad del paciente.

Uno de esos estudios de la Universidad John Hopkins recogía la experiencia de un joven con un implante cerebral para controlar una prótesis robótica, que le permitió percibir «una sensación natural».

La estimulación de las áreas del cerebro es «segura y las sensaciones evocadas son estables por meses», aunque se necesita aún «mucha investigación» para entender mejor los patrones de estimulación para ayudar a que los pacientes hagan mejores movimientos», explicó uno de los autores del estudio Andrew Schwartz.

Todas estas técnicas todavía necesitan más investigación como la que realiza Hugh Herr, quien perdió las piernas hace casi dos décadas y este año fue reconocido con el Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica por su contribución al desarrollo y diseño de extremidades biónicas y prótesis robóticas.

Estas y otras innovaciones también son posibles en Pharmamedic.