La tortícolis es una contractura de los músculos del cuello, que puede deberse a posturas o movimientos inadecuados, o estar asociada a otros problemas de salud.
El síntoma más evidente y llamativo en la tortícolis es la incapacidad de mover el cuello de forma normal. Además, suele haber dolor que empeora con el movimiento y es típica la rigidez del cuello.
También puede suceder por utilizar el teléfono de una forma inadecuada, sujetándolo entre el hombro y la cabeza.Esta forma de tortícolis adquirida también puede aparecer tras sufrir traumatismos directos o indirectos. Por ejemplo, el típico latigazo cervical en un accidente de tráfico por alcance posterior puede provocar una tortícolis. Otras veces gestos deportivos bruscos son la causa de la lesión muscular que produce la tortícolis. También las infecciones bacterianas locales o del sistema nervioso central, son de forma ocasional causa de tortícolis.
Según la posición de la cabeza, se distinguen distintos tipos de tortícolis:
- Laterocollis: la cabeza se inclina hacia un hombro.
- Tortícolis rotacional: la cabeza gira hacia un lado en el eje longitudinal.
- Anterocollis: la cabeza y el cuello se inclinan hacia delante.
- Retrocollis: la cabeza y el cuello se extienden hacia atrás.
Hay una forma de tortícolis que se considera secundaria al estrés y la ansiedad denominada tortícolis espasmódica psicógena. En este síndrome aparecen crisis espasmódicas de la musculatura del cuello, habitualmente acompañadas de dolor de cabeza intenso, mareos y contracturas musculaturas, y dolores también en otras localizaciones del cuerpo como en la zona baja de la espalda.
Mientras duren los síntomas del tortícolis, se pueden llevar a cabo varias medidas de tratamiento en casa, como es la aplicación de calor y la toma de analgésicos y antiinflamatorios en caso de dolor intenso. El uso de relajantes musculares puede aliviar algo, pero tienen muchos efectos secundarios indeseables y siempre deben ser prescritos por el médico. La toma de magnesio por vía oral, a una dosis media o alta, puede suponer también un alivio.
La tortícolis común se puede prevenir evitando las malas posturas cuando se duerme, cuando se trabaja con el ordenador, o al hablar por el teléfono. Es conveniente evitar los movimientos muy bruscos del cuello. Por supuesto, el exceso de estrés del ritmo de vida actual no ayuda a prevenir la tortícolis, por lo que diversas técnicas de relajación y estiramientos pueden ayudar a evitar su aparición.