Aunque la anorgasmia es un trastorno que puede afectar a hombres y mujeres, su incidencia es claramente mayor en estas últimas, pasando a convertirse en una de las consultas con más demanda actualmente, y es que el reconocimiento del placer femenino y el deseo de experimentar relaciones sexuales más satisfactorias hace que se pida consejo no solo cuando la consecución del clímax se convierte en un problema, si no también se busca el asesoramiento orientado a la obtención de orgasmos más intensos alcanzados a través de distintos tipos de estimulación.

Respecto a la fuente que la produce, la anorgasmia puede ser causada tanto por razones orgánicas cómo psicológicas, siendo las de origen psicológico las más comunes.

Cuando la consecución de un orgasmo supone un problema, bien porque no se consigue o bien porque consideramos que su consecución se demora en exceso, estamos haciendo alusión a una disfunción sexual denominada ‘anorgasmia’.

Debemos tener en cuenta que el origen orgásmico varía considerablemente de una persona a otra, no constituyendo problema alguno, pues cada uno de nosotros necesita de un determinado impulso para desencadenar la respuesta deseada. Así pues, en condiciones normales este umbral variará dependiendo de la edad, nuestra habilidad o la práctica con la que contemos en el terreno sexual y la intensidad o idoneidad del estímulo que obtengamos para lograr un suficiente nivel de excitación.

El tratamiento de la anorgasmia dependerá del origen de la misma y será el profesional, tras su diagnóstico, quien especifique la terapia más adecuada para cada paciente en particular.

En la mayoría de los casos, el trastorno es producido por causas puramente psíquicas, por lo que la terapia psicológica será uno de los puntos fuertes a tratar.

El procedimiento básico para tratar la anorgasmia requiere, en primer lugar, de una adecuada educación sexual, que ayude a comprender cómo funciona realmente la sexualidad y a descubrir las interesantes peculiaridades de nuestro cuerpo. Esto ayudará a derribar aquellos obstáculos producidos por pensamientos erróneos en torno al tema que nos ocupa y nos aportará las claves necesarias para llevar a cabo las prácticas idóneas para disfrutar de encuentros sexuales más satisfactorios.

  • Aprende a conocer a fondo y disfrutar de tu propio cuerpo a solas, reparando en las sensaciones que te evoca y prestando especial atención a aquello que más te agrada.
  • Disfruta de cada caricia, pues quizá te pierdas un apasionante viaje por estar pensando continuamente en el destino.
  • Recuerda que el clítoris es tu órgano sexual más sensible, por lo que su correcta estimulación puede ser la clave.
  • Sexo no es sinónimo de penetración, recuerda que hay muchas más prácticas sexuales capaces de haceros disfrutar al máximo.
  • Ten en cuenta que durante el coito puedes estimular de otras maneras tu clítoris, pues la mayoría de las mujeres así lo requieren.
  • Comunica a tu pareja lo que te gusta y lo que no, pues no se trata de adivinar lo que el otro siente.
  • Pon en forma tu musculatura vaginal con los ejercicios Kegel, pues eso te facilitará la consecución del orgasmo y lo intensificará.
  • Potencia tu imaginación y utiliza distintos mecanismos como, por ejemplo, las fantasías eróticas que puedan llegar a elevar tu placer.

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