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El tratamiento de las bronquiectasias tiene como objetivos controlar las infecciones y las secreciones bronquiales, aliviar la obstrucción de las vías aéreas, y prevenir las posibles complicaciones que puedan aparecer.

Las bronquiectasias son dilataciones anormales de los bronquios asociadas a la inflamación e infección persistentes de la vía aérea, y se caracterizan por tos crónica y expectoración mucopurulenta abundante.

Las dos medidas más importantes en el tratamiento de las  bronquiectasias son la fisioterapia respiratoria y los antibióticos.

Fisioterapia respiratoria: su objetivo principal es favorecer que se eliminen las secreciones respiratorias, y reducir la resistencia de la vía aérea, disminuir el esfuerzo respiratorio, mejorar el intercambio gaseoso, incrementado la tolerancia al ejercicio y mejorando la calidad de vida.

Drenaje postural: el propósito de esta medida es movilizar las secreciones con la ayuda de la gravedad para poder expulsarlas al exterior. Pueden usarse expectorantes o mucolíticos de diversos tipos.

Ejercicios de expansión torácica: consisten en realizar inspiraciones máximas, mantener el aire retenido durante unos segundos y, posteriormente, realizar una espiración lenta pasiva.

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Percusión torácica: consiste en el golpeteo repetido con la punta de los dedos (en lactantes) o la mano hueca (en niños mayores y adultos) sobre las distintas zonas del tórax, para ayudar así a movilizar las secreciones.

Antibióticos: en la actualidad solo se utilizan en las crisis de empeoramiento de los síntomas. Los antibióticos más usados son la amoxicilina-clavulánico y las cefalosporinas como la ceftriaxona. A veces se requiere hasta tres semanas de tratamiento para un control adecuado de la enfermedad. En casos muy evolucionados y que han recibido muchos tratamientos, y en aquellos en los que no se controle la fiebre y persistan los signos de infección, el cultivo de esputo puede permitir una elección más adecuada del antibiótico. Los broncodilatadores (usados generalmente en forma de aerosoles) están indicados para tratar la reactividad bronquial.

En caso de ser necesario, en la intervención quirúrgica (cirugía o trasplante pulmonar).

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