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El embarazo no tiene por qué ser sinónimo de abstinencia sexual.
Las relaciones sexuales durante el embarazo sólo están contraindicadas en aquellos casos en los que el útero necesita reposo, bien por amenaza de aborto o parto prematuro, rotura de la bolsa amniótica o placenta previa.
Mantener relaciones sexuales durante la gestación no supone un riesgo añadido ni para la madre ni para el futuro bebé si tu embarazo transcurre con normalidad. Por tanto, el embarazo no es excusa para renunciar al sexo durante nueve meses.
Por parte de las féminas, algunas mujeres se concentran tanto en su embarazo que se olvidan de su compañero, mientras que otras ven multiplicado su deseo de forma exponencial. Además, no hay reglas: lo que elimina el deseo en uno, puedo hacer enardecer al otro.
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En todos los casos, la compresión y la escucha mutua son fundamentales. Y si no hay deseo en alguno de los dos bandos, se puede probar con algún juego, caricias, masajes sensuales, masturbación mutua o sexo oral como sustitutos del coito. Una fórmula que también se puede aplicar en el caso de que nuestro médico recomiende no mantener relaciones sexuales con penetración.
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