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¿En qué enfermedades no cancerosas está indicada la radioterapia?

Está indicado en enfermedades inflamatorias como la tendinitis, y la fascitis; y en enfermedades degenerativas como artrosis de mano, hombro, rodilla y cadera,  el exceso de salivación (sialorrea) asociada a la ELA. También se aplica a procesos proliferativos (aquellos en los que hay un crecimiento no canceroso de un tejido), como la Osificación heterotópica de cadera (crecimiento del hueso en torno a la prótesis recién colocada), la degeneración macular asociada a la edad (DMAE), o la psoriasis.

Otra indicación es la prevención y el tratamiento de la ginecomastia (crecimiento de la glándula mamaria en hombres como efecto del bloqueo hormonal de la próstata o de fármacos para afecciones cardiacas) y la mastodinia (cuando este proceso causa dolor).

¿Cómo actúa la radioterapia en estas enfermedades benignas?

En los procesos degenerativos, actúa sobre la inflamación, reduciendo la sintomatología (dolor, reducción de la movilidad). En las enfermedades inflamatorias actúa sobre la causa, controlando el problema.

Su principal ventaja frente a tratamientos conservadores (fisioterapia) o farmacológicos radica es que el período de tratamiento es más corto y sus efectos son más prolongados. Por ejemplo, en una fascitis, se administra radioterapia dos días a la semana durante tres semanas. Al año se reevalúa y, si hace falta, se administra de nuevo el tratamiento, pero generalmente no es necesario porque se soluciona el problema.

En el caso de la artrosis, se administra la misma dosis, pero sólo actúa sobre los síntomas (mitiga el dolor pero no soluciona la degeneración del hueso).

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