La presbiacusia es la pérdida progresiva de audición asociada al envejecimiento. Puede suponer el aislamiento social de las personas mayores, aunque con el uso de audífonos se pueden minimizar sus consecuencias.
El tratamiento de la presbiacusia en la actualidad se basa en las audioprótesis o audífonos. No existe un tratamiento farmacológico que permita regenerar las estructuras envejecidas del oído o de las zonas cerebrales afectadas en el proceso. Algunos fármacos vasodilatadores y antiagregantes pueden utilizarse con la finalidad de mejorar el riego sanguíneo de algunas zonas del oído o de la corteza cerebral, y en algunos casos pueden mejorar síntomas como los zumbidos o acúfenos.
Las prótesis auditivas son el elemento que puede evitar el aislamiento del adulto mayor con presbiacusia.
Para ello también es necesario que el anciano reconozca el problema, y se adapte a este dispositivo.
El tipo de audífono se elegirá en función de las características de la audiometría que se le haya realizado, la edad y el presupuesto económico del paciente.
Para facilitar la adaptación a la prótesis se puede recomendar inicialmente una puesta parcial durante el día, para progresar hasta una utilización permanente.
Es importante también considerar la rehabilitación auditiva, con entrenamiento vocal a cargo de foniatras y logopedas para recuperar la comprensión de palabras y su audición.
Los implantes cocleares pueden ser un recurso en individuos con presbiacusia con mala adaptación a las audioprótesis o escasa eficacia de estas por tratarse de una presbiacusia especialmente severa.
La colaboración del entorno es crucial. Debemos hacer un esfuerzo por ayudar a nuestros ancianos a mantener la conexión con una conversación, realizando una correcta pronunciación, manteniendo una velocidad de habla fácil de seguir, y permitiendo la lectura de labios si es preciso.