La rinitis estacional aparece con la llegada del polen. Los afectados pueden notar en la nariz, el paladar, la parte posterior de la garganta y los ojos un picor que empieza de forma gradual o bruscamente. Por lo general, los pacientes presentan ojos llorosos, estornudos y la caída de agüilla clara por la nariz.
El tratamiento farmacológico debe adaptarse a los síntomas y a la gravedad de los mismos. En la actualidad, los más utilizados son los fármacos tópicos y los orales.
En el caso de los tópicos se incluyen antihistamínicos, descongestionantes y los más efectivos en rinitis alérgica, los corticoides intranasales.
En cuanto al tratamiento oral, los más utilizados son los antihistamínicos orales y los corticoides intranasales para controlar la congestión nasal.
Es recomendable utilizar un antihistamínico de segunda generación debido a razones de seguridad, ya que producen menos efectos secundarios.
Si el origen de la rinitis se asocia a un alérgeno concreto, como por ejemplo los ácaros del polvo doméstico, el tratamiento de la rinitis sería evitar que el alérgeno entre en contacto con el paciente.
En el caso de los ácaros, por ejemplo, unas buenas medidas preventivas ayudan a reducir su impacto, como poner fundas especiales en el colchón, lavar semanalmente con agua a más de 60 grados centígrados la ropa de la cama y quitar las moquetas y alfombras de la casa.
Casi todos los síntomas de la rinitis alérgica se pueden tratar. Los niños con rinitis son los que mejor pronóstico tienen ya que en algunos casos pueden superar la alergia a medida que el sistema inmunitario se refuerza frente al alérgeno.
No obstante, si la sustancia que genera la alergia es el polen, por ejemplo, es difícil que deje de afectar al paciente.
La rinitis alérgica se produce por la interacción entre los genes y el entorno. Los principales factores de riesgo de la enfermedad son:
- Los hijos de padres alérgicos tienen más riesgo de desarrollar la patología.
- La exposición a los factores ambientales. Los especialistas señalan que existe una teoría, denominada hipótesis de la higiene, que defiende que las infecciones y el contacto antihigiénico podrían ofrecer protección frente a la alergia, mientras que un entorno estéril fomentaría su aparición.
- Está demostrado que la contaminación afecta al desarrollo de la rinitis. Ésta es más frecuente en personas que viven en regiones con mucho tráfico de vehículos.
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