Mascarillas o tapabocas: tu barrera contra los virus

Mascarillas y su uso adecuado para la mejor protección.

Las mascarillas quirúrgicas o higiénicas evitan la transmisión de agentes infecciosos al paciente por parte del personal sanitario que las utiliza. Asimismo, sirven para reducir la transmisión de gérmenes.

También cumplen la finalidad de evitar el contacto con líquidos potencialmente patógenos y salpicaduras de sangre.

Utiliza mascarillas al toser o estornudar. Si es necesario utilizar mascarilla, aprende a utilizarla y desecharla adecuadamente.

Las mascarillas deben utilizarse correctamente para que funcionen.

Elige la mascarilla más protectora que puedas llevar cómodamente durante mucho tiempo. Además, debe cubrir completamente la boca y la nariz. Además, debe ajustarse bien a los lados de la cara sin dejar huecos.

El uso de mascarillas no solo protege nuestra salud, sino que también contribuye a la salud pública.

Beneficios del uso correcto de mascarillas:

Las mascarillas sirven para reducir la transmisión de gérmenes.
Higiene de manos con gel hidro alcohólico al 70%.
Las mascarillas faciales son efectivas solo cuando se combinan con el lavado frecuente de manos con agua y jabón al retirarlas.
Las mascarillas higiénicas, que son las más comunes, no deben usarse por más de 4 horas.
Si la mascarilla está dañada, sucia o mojada, debe desecharse.
La mascarilla facial tiene un puente nasal flexible en la parte superior de la nariz para cerrar y ajustar. Por lo tanto, evita espacios que permitan la entrada de aire o líquidos externos.
La designación N95 indica que el respirador filtra al menos el 95 por ciento de las partículas transportadas por el aire.
No utilice mascarillas con válvulas.
Es necesario asegurarse de que los pliegues de la mascarilla miren hacia abajo.

Consecuencias del uso diario de una mascarilla facial:

El uso continuado puede comprometer la piel del tercio inferior de la cara debido al uso durante largos periodos de tiempo.
Las mascarillas son un sitio de crecimiento excesivo de bacterias y hongos.
El uso prolongado de mascarillas faciales da como resultado la aparición de dermatitis en la cara, hongos, úlceras en la boca, gingivitis, amigdalitis y faringitis.

En conclusión, las mascarillas son una herramienta sencilla pero poderosa para combatir la propagación de enfermedades infecciosas. Por lo tanto, al usarlas de manera correcta y constante, podemos protegernos a nosotros mismos y a los demás.