Por Dr. Claudio Pagliara

Las palabras representan la materia prima que utilizamos para construir nuestras creencias directa o indirectamente, nuestras elecciones, nuestra vida y nuestro destino.

Por lo tanto, démosle la debida importancia a las palabras que usamos.

Las palabras pueden limitar, condicionar, aprisionar o, por el contrario, pueden empoderar y liberar. Las palabras pueden ser puentes o muros. Lo primero que hay que hacer, para hacer más probable la eficacia de las palabras como herramienta de liberación y comunicación, es saber exactamente el significado de las palabras usadas, entonces, es usar las mismas palabras con el mismo significado.

La salud es una palabra de considerable importancia porque representa un objetivo, pero también, al mismo tiempo, una herramienta esencial, de cada ser humano; la salud, por lo tanto, debe ser adecuadamente definida.

La salud no es la simple ausencia de enfermedad, sino un estado de bienestar físico, mental, social y espiritual. La salud entonces, como estado de bienestar global se identifica con la felicidad.

Esta definición de salud deja implícitamente claro que el ser humano no es un ser unidimensional, sino multidimensional. De hecho, en el ser humano hay una dimensión biológica, psicológica, social y una dimensión espiritual.

La dimensión espiritual no es una de las tantas dimensiones del ser humano, pero representa la dimensión más importante porque determina y condiciona todas las demás dimensiones. “Si quieres profundizar en este aspecto puedes hacerlo a través de mis libros de divulgación científica”.

Las enfermedades son la consecuencia natural de violar las leyes de la vida. Las leyes a respetar conciernen tanto a las del mundo material como a las del mundo inmaterial y energético.

Una de las leyes más importantes del mundo inmaterial se puede deducir del mandato al que debe obedecer todo ser vivo existente en este planeta. El comando no es «sobrevive», sino «realízate a ti mismo». Una diferencia, para algunos, aparentemente insignificante que, sin embargo, marca la diferencia.

No es casualidad que en sánscrito salud (Swastha) signifique “ser uno mismo”. Swastha se compone de “Swa” que significa “Ser” y “Stha” que significa “permanecer”, por lo tanto, salud significa permanecer en uno mismo.

“Permanecer en uno mismo” para realizar el proyecto de vida.

Naturalmente Dios, o quien sea, le da a cada ser viviente todas las herramientas necesarias para alcanzar esta importante y fascinante meta: «Realizar tu proyecto de vida».

Seguramente estarás de acuerdo conmigo en que «nada sucede por casualidad». No hay causas sin efectos y no hay efectos sin causas.