El tabaquismo es la adicción al tabaco, provocada principalmente por uno de sus componentes más activos, la nicotina. El consumo habitual de tabaco produce enfermedades nocivas para la salud del consumidor.
Cada cigarrillo posee entre 7 y 20mg. de alquitrán y produce 80cm3 de monóxido de carbono que reduce en un 10% la capacidad de transporte de oxígeno sanguíneo. Cuanto mayor es el número de cigarrillos y más prolongado es el tiempo de fumador, mayor será el daño de la salud.
El humo del cigarro, que pasa de tu boca a tus pulmones, contiene más de 7,000 sustancias tóxicas como nicotina, amoniaco, monóxido de carbono, propano y metano.
Fumar causa cánceres de pulmón, de esófago, de laringe, boca, garganta, riñón, vejiga, hígado, páncreas, estómago, cérvix o cuello uterino, colon y recto, así como también leucemia mieloide aguda.
En el torrente sanguíneo, la nicotina dura de uno a tres días, mientras la cotonina se puede mantener en la sangre hasta 10 días después.
Hoy en día, cuando se trata de medicamentos para ayudarle a dejar de fumar, existen muchas opciones. Algunos, como el parche, goma de mascar, pastillas, inhaladores y rociador nasal, contienen nicotina, mientras que otros como el bupropion SR (Zyban / Wellbutrin) y vareniclina (Chantix) no lo hacen.
Las consecuencias del tabaco para tu salud y la de los que te rodean son desfavorables. Te damos las claves para acabar de una vez por todas con este hábito tan negativo. Con un poco de voluntad podrás conseguirlo.
Escribe una lista con tus motivos para dejar de fumar y cómo mejoraría tu vida al hacerlo.
En el caso de jóvenes y adolescentes, por ejemplo, destacan los beneficios estéticos, el ahorro económico, y la mejora en el rendimiento deportivo.
El tratamiento farmacológico, acompañado por apoyo psicológico, resulta muy eficaz para evitar recaídas.
El consumo de café y bebidas alcohólicas incrementa el deseo de fumar; en su lugar, bebe agua y zumos (mejor si son naturales).
Sustituye tus actividades de ocio por otras en las que fumar sea más difícil o inapropiado. Por ejemplo, salir de copas por la noche, puede ser sustituido por ir a caminar al campo o practicar deporte.
Es importante que mantengas la mente ocupada, y dormir lo suficiente para estar lo más relajado posible. También es mejor ir al cine, o a locales donde no esté permitido fumar, para evitar la tentación y el tabaquismo pasivo.
En los primeros meses, cuando el riesgo de recaída es mayor, evita, en la medida de lo posible, las situaciones en las que te resulta más difícil permanecer sin fumar.
Informa a tu familia y amigos de tu deseo de dejar de fumar para que te apoyen todo lo que puedan, y comprendan tus posibles cambios de humor.
La ansiedad, el estrés, las situaciones emocionales negativas, los conflictos interpersonales, y también actividades placenteras como las celebraciones, suelen ser las causas más frecuentes de recaída. En la mayoría de los casos no se pueden prever ni evitar, pero conviene estar psicológicamente preparado para hacerles frente, y saber que fumar ni alivia los problemas ni mejora los buenos momentos.
Guarda el dinero que antes te gastabas en tabaco y cómprate algo que te apetezca, viaja, celebra una fiesta, o hazle un regalo a un ser querido, con lo que consigas ahorrar.
Para reforzar tu decisión recuerda que al dejar de fumar se notan muy pronto una serie de efectos beneficiosos: se intensifican los sentidos de olfato y gusto, el aliento ya no huele a tabaco, aumenta la capacidad pulmonar y se reduce la fatiga, mejora la calidad de la piel. Disfrútalos.
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