El COVID es una afección causada por un virus y muchas personas tienen la capacidad de mejorar y otras presentan afecciones persistentes, además todavía no se conoce exactamente sus efectos a largo plazo.

El COVID persistente también se denomina COVID de larga duración, COVID crónico, secuelas post-agudas del SARS-CoV-2 y Post-COVID.

De acuerdo a estudios realizados se comienza a creer que el  síndrome de COVID persistente en algunos casos, pueda dar lugar a un cuadro capaz de cronificarse, como es la encefalomielitis miálgica y que no constituye una nueva entidad.

El COVID persistente afecta a las personas durante semanas, meses después de tener COVID-19, afectando las actividades diarias debido a sus síntomas. El COVID persistente no afecta a todas las personas de la misma manera. Entre los síntomas más comunes están:

La sensación de debilidad y cansancio, taquicardias, dificultad para respirar, dificultad para concentrarse, problemas para dormir, ansiedad, cefalea y fiebre; ACV y hasta el síndrome de Guillain-Barré.

Sabemos que el COVID-19 es en gran parte una enfermedad que afecta los pulmones, también puede dañar el corazón, los riñones y el cerebro.

Hable con su médico si cree que tiene COVID persistente, aunque no existe una prueba que lo determine su médico hará los exámenes correspondientes para el diagnóstico.

Todavía no existe un tratamiento específico para las secuelas del COVID persistente, sin embargo, la rehabilitación física y respiratoria realizada por un especialista se programa durante 4 semanas.

Para la prevención del COVID persistente, vacúnese para reducir los riesgos de contraer COVID-19 y luego contraer el COVID persistente o prolongado.