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Los miomas son tumores benignos y frecuentemente asintomáticos que se forman a consecuencia de una proliferación alterada de las fibras musculares del miometrio (capa muscular del útero) dependiente de las hormonas femeninas, y constituyen la neoplasia benigna más frecuente del aparato genital femenino.

Afectan al útero en su forma, volumen y función.

Las características de los miomas son:

  • Número:pueden ser únicos o múltiples, lo cual es más frecuente.
  • Tamaño:muy variable, desde muy pequeños, hasta algunos que llegan a pesar varios kilos (el más grande extirpado pesaba unos 60 kilos).
  • Localización:suelen localizarse en el cuerpo uterino, pero podrían estar en cualquier zona del útero.

Son una de las causas más frecuentes de dismenorrea secundaria en esta etapa de la mujer.

No se conocen las causas por las que surgen los miomas, pero existen razones biológicas que explican su aparición. Entre estas cabe destacar un aumento de los receptores del útero a los estrógenos, probablemente de origen genético, y algunos cambios hormonales durante la menstruación.

La miomatosis uterina suele diagnosticarse en la tercera y cuarta década de la vida. Los miomas son muy raros antes de la pubertad, y después de la menopausia no suelen aparecer nuevos miomas y, los que tenga la paciente en ese momento, probablemente disminuirán de tamaño, aunque no desaparecen.

Aunque existen varias formas de tratamiento, tan solo con su extirpación se consigue hacerlos desaparecer, y esto se realizará cuando provoquen intensos sangrados o sean la razón de abortos o infertilidad

La Hemorragia y el dolor son los síntomas más frecuentes de un mioma uterino y se caracteriza por unas menstruaciones más abundantes y prolongadas, con presencia de coágulos en muchas ocasiones.

La existencia del mioma puede ser conocida antes del embarazo. De todas formas, el diagnóstico del mioma en el embarazo, así como de su crecimiento, se realiza por exploración física y por ecografía, como en los casos en que se producen fuera de la gestación.

Durante la exploración habitual de la embarazada podría sospecharse la existencia de miomas cuando el útero es mayor que el correspondiente al tiempo de gestación, y en algunos casos mediante la palpación de los mismos.

La ecografía, que hoy es un método de rutina, permite ver el número y tamaño de los miomas y precisar su localización, y la evolución durante la gestación.

Es mayor la incidencia de abortos por las dificultades que tiene el óvulo fecundado para implantarse en el útero.

  • Incremento de partos prematuros (por la misma razón que en el caso anterior).
  • Puede alterarse el desarrollo fetal.
  • Pueden producirse degeneraciones del mioma, así como modificarse la localización de este.

Complicaciones en el parto

  • Hemorragias.
  • Alteraciones en el expulsivo, si el mioma obstruye el canal del parto.
  • Alteraciones en la contractibilidad del útero.
  • Alteraciones en la presentación del feto.

En el parto hay un incremento del número de cesáreas debido a alteraciones en la dinámica uterina (es decir, a las contracciones), al aumento de placentas previas y alteraciones en la posición del feto y a obstrucciones del canal del parto.

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