En su búsqueda de mejores formas de curar el cuerpo humano, los curanderos a lo largo de la historia han intentado algunos métodos extraños y, según los estándares modernos, a menudo perturbadores y poco éticos para tratar las enfermedades. Uno de los más inquietantes es la práctica de recetar polvos de momia para la salud.

Sin embargo, no todas las sustancias de mumia eran iguales. A veces la palabra se refería a un líquido resinoso supuestamente filtrado de cadáveres: el «licor de hormigón».

Otras veces se refería a “polvo de momia”, huesos finamente triturados y otros restos, o “un cadáver atormentado bajo la arena”, como él lo expresa en el tratado.

Y en otros casos, mumia se refería al betún, una sustancia utilizada por los antiguos egipcios en el embalsamamiento, lo que el Dr. James llamó «pissasphaltus».

Noble también informa sobre la desaprobación del Dr. Paré de tales prácticas, destacando su “condena de los boticarios franceses […] quienes, en ausencia de una momia superior, fueron ‘a veces movidos … a robar por la noche los cuerpos de los que fueron ahorcados y embalsamados con sal y en un horno, para venderlos así adulterados en lugar de verdadera momia ”.

Sugg, mientras tanto, señala que «durante mucho tiempo, las acusaciones de canibalismo se utilizaron como un insulto efectivo contra los pueblos indígenas de América y Australasia». Sin embargo, durante siglos, los europeos no tuvieron reparos en consumir restos humanos para la salud, especialmente si esos restos provenían de tumbas antiguas en el Medio Oriente.

Si bien esta práctica comenzó a extinguirse en el siglo XVIII, las momias egipcias permanecieron en el centro de un intenso comercio europeo durante otros cien años más o menos, ya que el marrón momia, un pigmento obtenido de restos momificados, continuó siendo popular entre los pintores de Occidente. .

Finalmente, sin embargo, el canibalismo medicinal pasó de moda por completo, en parte gracias al cambio de actitud hacia los restos humanos, que en el siglo XX se había vuelto decididamente menos aceptable para el público en general.

Algunos aspectos de la historia médica pueden parecer ahora impactantes y repugnantes, pero tenerlos en cuenta significa tener en cuenta las actitudes cambiantes de las sociedades hacia la buena salud y la enfermedad, y quién puede beneficiarse de la atención médica.

En el futuro, reflexionar sobre estos lados más oscuros e inusuales de la historia médica puede informar una comprensión más equitativa y completa de las prácticas de salud.