Un estudio en los Estados Unidos demuestra que las tasas de mortalidad por insuficiencia cardíaca son más altas en los condados donde las personas enfrentan más pobreza y privaciones sociales.

La Asociación Estadounidense del Corazón (AHA) cree que abordar de manera agresiva los principales factores de riesgo clínicos de insuficiencia cardíaca podría reducir significativamente el número de muertes. Estos factores clínicos incluyen hipertensión, ataques cardíacos, obesidad, diabetes y trastornos de las válvulas cardíacas.

“Vivir en un condado en particular no debería significar que es más probable que muera por insuficiencia cardíaca”, dice el coautor, el Dr. Sadeer G. Al-Kindi, cardiólogo del Instituto Cardíaco y Vascular de Harrington de los Hospitales Universitarios.

“University Hospitals tiene un historial de abordar las disparidades de atención médica en comunidades desatendidas y, armados con la información de este estudio, podemos crear cuidadosamente soluciones para servir mejor a estas poblaciones”.

Una de las limitaciones de su estudio, escriben los autores, fue que se basó en la información proporcionada en los certificados de defunción, que puede no ser precisa en todos los casos.

Además, el estudio no fue diseñado para desglosar los efectos de otros factores de riesgo reconocidos para la mortalidad por insuficiencia cardíaca, algunos de los cuales, como la falta de actividad física, la obesidad, la diabetes y la presión arterial alta, también pueden estar asociados con la pobreza. Sin embargo, un estudio reciente mostró que estos factores juntos no representaron el 57% de la variación geográfica en las muertes por insuficiencia cardíaca entre los condados de EE. UU.

Este nuevo estudio sugiere que la privación socioeconómica puede ayudar a explicar parte de esa variación.