En algunos casos, la eyaculación se produce incluso antes de iniciar la penetración. Se acepta como eyaculación precoz aquella que se produce antes de 1 minuto, y “probable” aquella que oscila entre 1-1,5 minutos. No se trata de un problema de gravedad para la salud del hombre, y no suele estar causada por una complicación física.
Sin embargo, debe tratarse para evitar problemas psicológicos que puedan alterar la estabilidad emocional del paciente o su relación de pareja.
La eyaculación precoz puede incluso ser una causa de infertilidad en las parejas si no consigue nunca llegar a eyacular dentro de la vagina.
La eyaculación precoz puede ser primaria o secundaria. En el primer caso, la disfunción se mantiene desde la adolescencia y el varón nunca ha tenido una relación con una pareja en la que haya sido capaz de controlar el reflejo eyaculatorio. La eyaculación precoz primaria está asociada a la masturbación practicada de forma inadecuada, debido a la prisa que se da el adolescente por alcanzar el clímax, en muchos casos por falta de privacidad o por tener sentimientos de culpa. La eyaculación precoz secundaria afecta a los hombres que tuvieron control durante un tiempo pero, posteriormente, lo perdieron por algún motivo, normalmente relacionado con problemas emocionales, estrés, inactividad sexual prolongada, o una nueva pareja que les ocasione ansiedad o un alto grado de excitación sexual.
Existen, además, varios grados según la gravedad del caso:
- Grado 1: es el grado menos grave y más fácil de corregir. Está asociado con la ansiedad y un estilo de vida muy estresado.
- Grado 2: se desarrolla cuando no se supera el grado 1, y la eyaculación precoz se vuelve crónica. Puede tratarse con la ayuda de un profesional mediante terapia sexual.
- Grado 3: se produce cuando el grado 2 se prolonga demasiado en el tiempo. La eyaculación se produce antes de la penetración o al comienzo de la misma, y los varones que padecen este grado suelen verse muy afectados a nivel psicológico.
- Grado 4: en este último grado, la eyaculación precoz se convierte en un trastorno crónico que incide sobre todos los aspectos de la vida del paciente. Es necesario ya el tratamiento farmacológico.
Sea cual sea el grado que presente el paciente es imprescindible que lo consulte, sin pudor, a su médico, que será quien indique el tratamiento correcto.
Los síntomas de la eyaculación precoz definen este trastorno y van a ser la clave para llegar al diagnóstico certero por parte del especialista. El tratamiento de la eyaculación precoz dependerá de la gravedad del caso y de lo que este problema afecte al paciente. En primer lugar se comenzará con terapias psicológicas, cuyo objetivo es modificar las técnicas sexuales, y que precisan de la participación de la pareja para resultar efectivas. El tratamiento farmacológico se reservará para aquellos casos en los que la terapia no obtenga los resultados deseados.